Ayer fue
un día histórico para la plantilla de Bankia: más de 25.000 personas
salieron a la calle para defender los puestos de trabajo y los salarios,
frente a las pretensiones de nuestra empresa, en uno de los ERE más
salvajes que se recuerdan.
A las manifestaciones, convocadas en
las siete capitales de provincia donde tenían su sede las cajas de
origen de Bankia, y también en Murcia, acudieron trabajadores de las
entidades nacionalizadas y en proceso de reestructuración. Aunque la
noticia, la gran noticia que nos llena de orgullo, no sólo como
organizaciones sindicales, sino como trabajadores y compañeros, es que
la inmensa mayoría, quizás el 95% de los manifestantes, eran empleados
de Bankia.
Incluso con cálculos prudentes, las cifras de
asistencia son rotundas: en Madrid, en torno a 12.000 personas; en
Valencia, 5.000; en Barcelona, 3.000; en Las Palmas, 1.000; en Logroño,
700, según la propia Policía; en Segovia, 500; en Ávila, 400; y en
Murcia, 200.
Esto pone de manifiesto otro dato significativo:
la participación en las movilizaciones ha sido muy importante desde el
inicio de este conflicto, pero además aumenta de forma exponencial,
conforme avanzan las fechas y la empresa sigue en sus trece.
Ayer,
23 de enero, fue el día en que la inmensa mayoría de trabajadores
salimos a la calle con el uniforme común de la dignidad. Para defender
nuestro puesto de trabajo, caminamos juntos sin distinción alguna.
Salimos todos a la calle y nos manifestamos para decirle a la empresa
que estamos unidos y en contra del ERE planteado.
No vamos a
tolerar, y lo dijimos alto y claro a voz en grito, aunque la empresa se
empeña en silenciarlo, que se nos señale como los culpables de la
situación que vivimos. No salimos solamente a defender nuestros puestos
de trabajo, ni el pan de nuestras familias, ni nuestras condiciones
laborales, sino que salimos también a decir que no estamos dispuestos a
aceptar la burla que se nos está haciendo en las reuniones que hemos
mantenido hasta ahora, carentes de cualquier voluntad de negociación.
Lo de ayer debe animar a todos los compañeros a secundar las próximas
convocatorias de paros parciales, los días 30 de enero, 4 y 5 de
febrero, así como la huelga del 6 de febrero. Pero también hemos
atisbado que nuestro enojo no concluirá en esa fecha, sino que estamos
dispuestos a paralizar Bankia durante el tiempo que sea necesario hasta
que la Dirección envaine la daga con la que nos quiere apuñalar a todos.
Esta puñalada quieren que nos duela en todas las provincias, en todas
las ciudades, en todos los municipios, en todas las funciones, tanto en
oficinas como en departamentos centrales, sin más horizonte que el de
reducir nuestras vidas a la miseria para poder aparecer en una foto
diciendo que se erigen en salvadores de la nada.
Bankia no ha
entregado aún a los representantes de los trabajadores el plan de
viabilidad, aduciendo su temor a que éste pueda caer en manos de la
competencia. Nosotros sospechamos que no lo ha dado porque ese plan no
justifica las duras condiciones que Bankia ha puesto sobre la mesa y no
creemos que coincida con lo que Bruselas ha solicitado. Bruselas no ha
hablado de despidos, ni de recortes salariales, ni de pérdida de
derechos; todo eso es cosecha de Bankia. Y muchos nos tememos que ese
plan de viabilidad tan secreto fundamente la generación de beneficios
inmediatos para la empresa a costa, única y exclusivamente, del
perjuicio de sus trabajadores.
Todas estas razones deben ser,
tanto individualmente, y como de forma colectiva, motivo suficiente como
para que todos y cada uno de nosotros arrimemos el hombro en nuestra
defensa de todos y acudamos masivamente a las convocatorias de paro
parcial y de huelga total.
Bankia ha de ser consciente de que sin sus trabajadores y sus clientes no es más que un nombre comercial. Más le vale a Bankia negociar ahora, antes que lamentar más adelante no haberlo hecho.
¡¡ NO AL ERE SALVAJE DE BANKIA !!
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